sábado, septiembre 16, 2006

Un comentario de Argelia Ríos: nuevas consideraciones sobre la estrategia electoral de Hugo Chávez

"Omitir la evaluación de su desempeño y reproducir las expectativas falsas sobre lo que será, en la práctica, el modelo político, económico y social propuesto, es parte esencial de la estrategia del jefe del Estado. Su mayor riesgo en este momento es ofrecer explicaciones nítidas acerca de lo que se propone emprender... Por algún motivo no hay ofertas efectistas que toquen el plano de la vida cotidiana de la gente... La abstracción, en este caso, parece un instrumento que, junto a la simbología del dinero desbordado, plantea una oferta del todo fantasiosa. Por simbólica, cada cual la interpretará a su manera, aunque en el cálculo presidencial el ciudadano asumiría la lectura más axiomática: esa no es otra que la de la manipulación en ciernes. La que asume como "imposible" un Estado comunista y totalitario.

Por Chávez hablan hoy las masas de dinero en la calle: ellas permiten desarrollar su intensiva política clientelar, pero también encubren lo que ocurrirá en lo sucesivo... El consumismo en el que está absorta Venezuela tiende un manto de indiferencia frente al inminente tránsito del país hacia el mar de la felicidad. Hasta podría decirse que el descreimiento de los venezolanos es el mal que amenaza con destruir por completo a la democracia...

En todas sus dimensiones, esa incredulidad es una aliada del Presidente, quien se favorece, también, con el desconcierto experimentado _todavía_ por la propia oposición frente al ostensible éxito de su abanderado. Demasiada gente no sale de su asombro ante las capacidades que muestra ese Rosales de evidente rostro popular... El asombro es parte de la incredulidad que, contradictoriamente, mantiene a los ciudadanos aguardando, en posición de testigos, lo que habrá de ocurrir... El caso es que no hay más espera. En tan sólo un mes todo estará definido. El gobernador zuliano está haciendo su trabajo con eficiencia. Falta el de los ciudadanos, verdaderos protagonistas, en cuyos hombros recae ahora la otra parte del esfuerzo. Esta es la hora y no hay más tiempo."
(el universal)