martes, noviembre 21, 2006

Un análisis del efecto perjudicial de la guerra sucia en las elecciones ecuatorianas

"La guerra sucia electoral en el tramo final de la campaña ecuatoriana terminó pasando la factura a los dos candidatos al balotaje presidencial, Álvaro Noboa y Rafael Correa, que luchan para despejar los miedos y prejuicios entre el electorado.

Los dos aspirantes quisieron desprestigiarse mutuamente antes que persuadir al electorado con sus planes de gobierno, con lo que crearon la sensación de que los ecuatorianos elegirán el domingo entre el menos malo.

"Ambos resultaron duramente lastimados por esta guerra sucia en la que descalificaron en lugar de presentar programas responsables, coherentes y serios, y en la que generaron mayor desconfianza entre los votantes", afirmó Vladimiro Álvarez, ex catedrático y columnista de prensa.

Correa -un izquierdista amigo del presidente Hugo Chávez- culpa a su rival derechista de haber empezado la guerra sucia al acusarlo de comunista y de recibir financiación de Venezuela y la guerrilla colombiana.

Pero su respuesta también levantó polvareda al comparar a Noboa con el ex dictador nicaragüense Anastasio Somoza, y recordó además que su rival fue denunciado por organizaciones no gubernamentales de ser un explotador laboral de niños.

"Con esos antecedentes el electorado va a actuar polarizadamente. Estoy conciente de que uno u otro tiene que gobernar, pero antes habremos llegado a un alto nivel de degeneración de la política", indicó el sociólogo Hernán Reyes, de la Universidad Andina Simón Bolívar.

En opinión de otros observadores, a esta altura Correa es percibido como un comunista, enemigo de la dolarización que rige en Ecuador y títere de Chávez, quien le hizo un favor al atacar abiertamente a Noboa la semana pasada.

El magnate bananero, por su parte, carga la etiqueta de rico explotador y de fundamentalista de extrema derecha, como lo llamó el mandatario venezolano.

Pero Reyes consideró: "La mayor responsabilidad la tiene Noboa al mentir a sabiendas de que Correa ni es un comunista, ni un terrorista ni un chavista, como sistemáticamente ha afirmado".

"Del otro lado sólo hemos oído epítetos descorteces respecto a Noboa debido a su condición de empresario", matizó el experto.

"Lo cierto es que esta guerra sucia genera desconfianza, aumenta el desconocimiento sobre los candidatos y la ignorancia entre los empresarios y pobres que irán a las urnas", comentó Patricia de la Torre, directora del observatorio político de la Universidad Católica.

Las consecuencias podrían ir más allá y verse reflejadas en un aumento de los votos anulados, advirtió Álvarez. "Frente a los ataques mutuos se puede generar una mayor tendencia al voto nulo, lo que también es dañino para la democracia", explicó." (el nacional)

Etiquetas: