sábado, abril 25, 2009

Un ensayo sobre La última cena, novela de Stefania Mosca

miércoles, abril 22, 2009

Un resumen: primera jornada de la IV Semana de la Narrativa urbana

Los temas de los autores más jóvenes de Venezuela están marcados por la violencia de la experiencia urbana. Así lo demostraron los tres narradores que protagonizaron el lunes la primera jornada de la IV Semana de la Nueva Narrativa Urbana: Lucas García París, Carlos Díaz Morillo y Rodrigo Lares.

García París, nacido en 1973, tenía sólo 10 años cuando el Viernes Negro empobreció, en una noche, a miles de familias venezolanas. Era un adolescente cuando bajaron los cerros, en el Caracazo. Comenzaba apenas su carrera cuando Hugo Chávez llegó al poder, en 1998.

La violencia, que resultó de la paulatina fragmentación de su sociedad, formó su carácter y su prosa. Por eso no sorprende que en su texto las drogas, la violencia y la displicencia sean la marca de sus personajes.

"Empecé a leer libros de viejo. Leía comics, por ello veo una relación híbrida entre la palabra y la imagen; en un medio disfrutas unas cosas que no funcionan bien en el otro. Pero lo que un medio pueda brindarle a otro genera cosas interesantes. Soy muy cinematográfico cuando escribo; me gusta sobreponer la literatura con las imágenes", señala el escritor.

Desde la periferia

Mientras García París sobrevivía a la urbe de matices maniqueos, Carlos Díaz Morillo, 10 años menor él, crecía en Maracaibo, donde, dice, le hizo falta el movimiento cultural caraqueño.

"Allá la literatura es muy de ombligo o se concentran en Cortázar y se vuelven fanáticos. Aunque está empezando un movimiento cultural, en Maracaibo hay mucho que hacer en materia de literatura", expresó.

Díaz Morillo, enamorado de los haikus nipones y obsesionado por los arquetipos y las metáforas, presentó un texto cargado de símbolos en los que la muerte y el sueño son el mismo viaje nostálgico parecido a las ficciones de Hermann Hesse, a quien tanto admira . A este maracucho le gusta "acercarse a cosas que están más allá del entendimiento", para ver dónde consigue la otredad que él transita sin saberlo.

Caminos que coinciden

Abogado de profesión, Lares, nacido en 1975, entró al camino de las letras persiguiendo las biografías históricas. Su experiencia cosmopolita vino empacada en la maleta que se trajo de España, donde cursó un posgrado.

Luego supo que en los personajes que murieron hace años no conseguiría el sentimiento de los vivos. Por eso, su relato estaba plagado de fantasmas que suben y bajan de un tren sin retorno, ataviados con enseres de otras épocas, un poco aquí, un poco allá, como él.

Se sintió identificado con la nostalgia de las imágenes que Díaz Morillo presentó. El autor zuliano no pudo dejar de ver a sus personajes entre el humo de la pistola que García París disparó.

Este último autor, influenciado por Charles Bukowski y Raymond Carver, piensa que menos importan las coincidencias que las disidencias entre ellos.

"Somos tres personas con puntos de vista diferentes. Uno siempre quiere que haya emoción en el cuento, tener una buena técnica y escribir bien", expresó. Y ése es justo el material del que está hecha la buena literatura, aunque venga montada en el tren de la nostalgia y sobreviva la violencia urbana."

La IV Semana de la Nueva Narrativa Urbana se celebrará hasta el 24 de abril, en el Centro Cultural Chacao.


Michelle Roche Rodríguez, vía el nacional

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martes, abril 21, 2009

Un tributo a Eric Clapton en Caracas

sábado, abril 11, 2009

Ensayo sobre John Updike